Principios pedagógicos
Respetamos la forma de entender el mundo de l@s niñ@s:
Intentamos conocer la forma de interpretar el mundo en el que vive el niño o la niña, para así respetarlo y darle valor. No les corresponde entender las realidades de la misma forma que nosotras, sino desde su mente de niño.
Confiamos en la autoridad natural:
Existe una autoridad que nos atañe como seres adultos y responsables del espacio, y existe de forma natural, no es necesario imponerla ni la usamos para decidir o intervenir en lo que no nos corresponde. Los niños y niñas nos conceden la credibilidad porque confían en nosotros. No es necesario organizar, no es necesario controlar ni ejercer poder, sin embargo, sí que es necesario hacernos responsables de esta realidad.
Proporcionamos el ambiente adecuado:
El niño debe tener a su alcance los estímulos adecuados a su momento. A esto lo que llamamos “el ambiente adecuado o preparado”. El ambiente adecuado sería aquel que se adapta al niño para que viva las experiencias más adecuadas para sí mismo y así pueda cumplir más plenamente su programa de desarrollo.
Confiamos en que l@s niñ@s saben:
Les escuchamos, porque creemos que saben lo que necesitan para lograr el mejor desarrollo de todas sus capacidades.
Pensamos que los límites:
Son una realidad necesaria para todas las personas.
Somos correctos con el lenguaje:
Tanto con el verbal y no verbal.
Respetamos los procesos de vida:
Permitimos y facilitamos el camino que cada uno elige.
Valoramos todos los aprendizajes por igual:
No tenemos unos contenidos obligatorios ni deseables, cada persona elige aprender lo que quiere y cuando quiere, y desde “La Semilla” todo tiene el mismo valor: aprender a escribir, a clavar un clavo o a jugar con la arena.